Conocemos a Jesús por su faceta profesional, que sin haber nacido en Setenil, forma parte intrínseca de su entramado cultural. Con esta obra se descubre otra faceta de él como escritor e ilustrador. Aunque no nos es ajena, ya en la obra Setenil. Cuentos, historias y leyendas, hay un guiño entre la literatura y la investigación, cuando recoge el folklore de Setenil, como parte integrante de esa cultura inmaterial y a la vez, material de la que somos parte.
Su recorrido profesional abarca diferentes lugares de la geografía, pero no se puede negar que Setenil, su fortaleza, la que descubre a principios del 2000 forma parte de su gran preocupación por la conservación del patrimonio cultural, como lo demuestran sus investigaciones y su tesis doctoral. Setenil se convierte en su hija adoptiva, que ha llevado de la mano como una constante en sus diferentes intervenciones, conferencias, artículos en revistas históricas y arqueológicas y en otros tantos actos de promoción turística.
Y ahora quedan esas obras que están por publicar, ese Setenil más profundo, el del "Catastro", el del "Repartimiento" y el del morabito, que deshace leyendas para todos conocidas, para dar a conocer una historia mucho más rica y viva.
Alas de Amapola forma parte del estilo más propio e intimista, dentro de lo que podríamos hablar de una prosa poética. Lo que da lugar a distinguir su estilo en una lectura a ciegas.
Nos quedamos con las propias palabras de su editorial ExLibric, de entre sus ochocientos títulos, Alas de Amapola se distingue por ser la segunda obra ilustrada por su autor y la única escrita con un lenguaje no machista, considerándose ejemplo de que podemos utilizar el genérico femenino y entender completamente la historia como inclusiva para toda persona amante de la lectura y estar escrita con un lenguaje propio, que ya está revelando a su autor.
Isabel Mª
Una obra literaria se toma excusa para entablar una tarde de conversaciones.
Desde la clandestinidad, nos hemos reunido alrededor de una obra literaria prohibida, ya que ha sido escrita desde la igualdad, es decir, desde el feminismo.
Una obra literaria prohibida por el miedo que produce la igualdad, la comprensión, la empatía, el conocimiento y la superación personal en el respeto.
Una obra literaria prohibida por el miedo que produce la igualdad, la comprensión, la empatía, el conocimiento y la superación personal en el respeto.
Unas letras escritas en azul y rojo, unas palabras evocadas por una flor y una mariposa han suscitado el miedo, el pavor de aquellas personas que mantienen como dogma apriorístico, la ingnominia, el odio y el rechazo a la cultura.
Jesús López
El análisis de la obra.
Reflexión sobre "alas de amapola"
"No hay necesidad de apresurarme. No hay necesidad de brillar. No es necesario ser nadie más que uno mismo". (Virginia Wolf).
Y eso precisamente es lo que hace Jesús López Jiménez cuando escribe: ser él mismo.
No pretendo tener un recorrido por su trayectoria profesional, por cierto, ligada en gran parte a Setenil de las Bodegas, donde desarrolla su profesión-pasión y se engancha sobremanera a su patrimonio histórico-artístico. Investiga, descubre, analiza y cuida.
Jesús, conoce personalmente mi reconocimiento a su labor.
Pero no es el tema de hoy, porque mi pretensión se base en ayudar a mostrar y conocer a Jesús escritor. El Jesús que derrama palabras convertidas en historias, leyendas, cuentos, sensaciones y sueños. Que nos lleva a lugares conocidos y cercanos o nos transporta a mundos donde cualquier sueño es real.
Me atrevo a decir que su lenguaje es característico, para los que lo conocemos, porque está relacionado íntimamente con su capacidad de sentir.
Alas de Amapola: es un cuento que pertenece al siglo XXI, pero que no tiene época, pudo transcurrir en otro tiempo anterior o futuro. Nos viene a recordar, entre otras cosas, que en el mundo lo más importante solo es posible verlo con los ojos del corazón (El Principito).
La estructura la forman paisajes de montañas viejas, bosques de abedules, olmos, hayas, abetos centenarios, prados, amapolas, margaritas... y mariposas. Entre la nieve y el sueño del mar.
Y aunque la amapola creía que siempre permanecería aferrada a la tierra. Jesús, consigue unas alas, alas de mariposa que la harán volar, que las harán elevarse hasta conseguir despegar de la tierra. Todo a través del amor. Fueron tan inmensos los sueños de aquella amapola, tan inmensos sus deseos que lograron convertirse en realidad.
"Allí estaban ellas mirándose por primera vez bajo la luz azul de la luna"..
"Y el prado solo se redujo para ellas a una flor y una mariposa".
Los dibujos que nos regala junto con el texto nos llevan a su mundo. Inexclusablemente... y de forma suave, sutil y agradable. Dulce, muy dulce.
¡Un mundo solo para ellas!
Es cuando se produce la simbiosis.
Un mundo de ayuda mutua, de apoyo para realizar sueños. Ahora sabemos por qué las amapolas son rojas.
Como ambas hablan sobre los humanos: "Son extraños, tanto aman como son crueles con quienes aman". Comentan entre sí.
Y al despertarse junto al mar, juntas ante lo que consideraron un sueño, ya habían roto la barrera del lenguaje y de lo escrito. De lo imposible y lo real.
Como mujeres proclaman sus sueños al viento, a la brisa, a la montaña, al mar. Se sienten libres.
Ambas, la mariposa blanca y la amapola roja son verdad.
Porque una mariposa le entregó sus alas. Porque todo es posible en un mundo donde no todas las amapolas son rojas ni las mariposas de colores. También las hay blancas y rojas. Todo cabe. Y he ahí la belleza de este cuento.
Gracias Jesús.
Entre otras cosas, Alas de Amapola supone la necesidad de no poder vivir solo de la realidad. También se necesita volar.
"El mundo pertenece a las personas que creen en la belleza de sus sueños" (Eleanor Roosevelt).
Y tú, los tienes.
Y ahora te pregunto: ¿por qué es castigo, por qué la condena?... fue contestada la pregunta en la presentación.
Dolores J.
Dos mujeres analizan una obra escrita en femenino.
Gracias a los presentes, a los ausentes y a todas aquellas personas que dejaron su huella aún sin estar, y gracias al Hotel-Restaurante El Mirador por ofrecernos su salón principal para deleitarnos en una tarde de café, con una buena conversación, mejor compañía y el sonido de la lluvia de fondo.
Dedicatorias para los presentes y para muchas personas ausentes, a las que deseo que les agrade la obra.
Un regalo que nos hizo sentir las alas, gracias por las chapas, las disfrutaremos.
Opinión de una escritora, Eva:
No sorprendería yo demasiado si os recomendara un cuento, pero quizá sí lo haga si os digo que hay historias que convierten lo efímero en eterno.
Así pues, os confiaré esta historia porque es de las buenas de las que exhuman intimidad y porque puede envolver el sueño de un niño o desplegar los ojos del que sabe que creció.
La resaca de un cuento como éste te revela que el mundo cuando se hiela es simplemente porque no miramos con los ojos, o lo que es mejor aún, no hay hielo que enfríe si uno descubre donde reside el amor.
Imagino al autor entre montañas y prados con libreta en mano llenando de dibujos tan humildes como hermosos su andado horizonte y le imagino porque le leo envidiando su suerte al descubrir tan delicados personajes.
Le agradezco como mujer este cuento, pues el brote de la igualdad se respira a caudales, pero más como persona amante de la fantasía, de lo bello en el detalle, de la esperanza, de la compañía, de la transformación como único misterio.
Debo resaltar porque considero magia el enamoramiento que he sufrido ante un boceto en el que aparece la luna y el vuelo de una mariposa, he sentido frente a él que el autor se coló en mis sueños plasmando uno de mis olvidados anhelos.
Mañana seguramente vea personas como amapolas y a mariposas como personas en mi paseo madrileño, aunque no desvelaré yo a ninguna de ellas su magnético secreto.
Si os gusta leer, os invito a que leáis “alas de amapola”, pero si también os gustan los dibujos bellos y el roce suave de una caricia, y la montaña, y el mar.
He creído leer un cuento o he leído en él muchos cuentos o tal vez sencillamente lo haya soñado, roja o blanca mi imaginación generosa volará al fin...
Gracias Jesús López por este tesoro para mi estantería...
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