al otro lado

   En ocasiones tenemos la oportunidad de poder estar en lugares olvidados, que comienzan a introducirse dentro de la definición de ese término desahuciado llamado limbo. 

   Ahora que van a cruzar el vano abierto, antes de que la oscuridad inunde las habitaciones de blanco, quisiera expresaros las respuestas a las imágenes.

   Al cruzar los umbrales, los espacios divergen, y la realidad cambia día a día, hora tras hora, minuto tras minuto, el tiempo se transforma en una quimera.

   El primer día transcurrió con normalidad, las habitaciones ofrecían sus ventanas y sus puertas para que fuesen cruzadas, las esquinas nos mostraban sus recodos y las estancias guardaban silencio. Los días pasaron y en un momento no transcurrido, no vivido pero inmanente, ella ofreció la imagen de aquella que guardaba tras la ventana.

La que guardaba tras la ventana.

   Los sonidos exteriores se detuvieron y comenzaron a escucharse los interiores, en esos momentos recordé otras páginas escritas sobre unos libros leídos recientemente. Los pasos ahogados, los míos, no me devolvían su eco y las ventanas proyectaban secuencias infinitas dentro de esas habitaciones que ahora permanecían en la penumbra.

   Comencé a recordar las imágenes efímeras, aquellas que inmanentes nunca han sido vistas pero que deambulan hasta que alguien las detiene y las plasma como "Estatuas de sal".

   Allí, en el fondo, las sombras de los niños siguen jugando... estoy solo en la casa.

   ¿Por qué todo se muestra en blanco y negro, por qué han huido los colores? La vidriera nos mira, aunque desconozco de qué lado y me doy cuenta de que todo se encuentra "Bajo nuestros pies", porque la ventana abierta nos abre un susurro ahogado y una historia de alguien que aún hoy te mira con odio y rencor. Ella permanece ahí, tras el vano de la ventana enrejada de una habitación que no da a ningún lugar, salvo a lo más profundo de un pozo.

   Al final de un camino que en ningún momento fue mío, me encuentro junto a la puerta de entrada, pero ella ahora está cerrando ese espacio que en algún momento estuvo comunicado, pero ahora no lleva a ninguna parte. Miro el plano de la casa y por más que busco, el espacio que tendría que existir tras ella, no existe, no lleva a ninguna parte, ahora no hay nada y en cambio está allí.

   Vuelvo a mirar los planos y encuentro la indicación, ésta es la puerta que dicen que tengo que abrir, pero ¿por qué la tapiaron, qué querían dejar encerrado al otro lado...? Allí ya no hay espacio, el tiempo ha huido y todas las personas que vivieron en la casa ahora nos están mirando. Creo que hemos encontrado una puerta del no tiempo, una de las puertas que guarda el tiempo escondido de los "Días Bisiestos".

   La puerta fue... El reloj de sol de la pared de la fachada principal vuelve a dejar deslizar sobre su superficie una sombra de tiempo...

         Ainhoa González & Guille Blanc        Margarita Hans               Francisco J. Olmedo

   Al final del día me acordé de mis amistades, de Ainhoa, de  Guille, de Francisco y de Margarita, y de las obras literarias que habían escrito y que había tenido el placer de leer. Una sonrisa se deslizó entre mis labios pensando en lo cruel que era mi subconsciente. La puerta del palacete se encuentra frente a mí, introduzco la llave y hago correr la pesada puerta dentro de su espacio interior oscuro...

   A quienes han llevado mi mente a las letras de sus obras, gracias.