A unos 540 kilómetros del lugar donde se trazaron sus secretos, un libro me espera en una de tantas bibliotecas de Madrid.
Le miro, pues ya nos conocemos, y le prometo una visita, mil miradas y una reseña que sin tener yo conocimientos antropológicos, irá cargada de sinceridad.
Y pienso acariciando su suave lomo, quién consigue que un pueblo se promocione, se huela, se escuche y te abrace en noches de verano sin pisar sus suelos blancos empedrados.
Ay amigo!! Me digo, sólo pueden hacerlo los escritores que bajo la luna o escondidos en aljibes sudan leyendas que vibran.
No lo hacen empresas turísticas, ni los políticos de los cuales poco importa los colores. Lo logran las personas que decidieron escuchar a José Domínguez (una historia preciosa la suya) entre chimenea y mesa camilla o a otras gentes con algo que contar de su amado pueblo.
Dicho esto recomiendo ya este libro.
Escucharás en la noche una máquina que cose sola tejiendo asombros, un piano cuyas tecla retumban misterio, una calle de ojos infinitos o el llanto de un niño pintando ecos espectrales...
Pero también sabrás de Juanillo el Oso y sus ojos sinceros tras un pelaje de soledad, a Bañuelo y Cañuelo riendo por ti y a mujeres esperando el amor en lo alto de una iglesia o con los pies en el arroyo.
No puedo mandarte Jesús López un ave con mis palabras hasta el campanario, mi instrumentalidad me lleva hacerlo de manera menos romántica pero igual de eficaz.
Sin embargo, quizá cuando alguna noche escuches a la rana y al grillo dialogar entre ellos, también descubras un tercer escalón hecho de piedra.
Allí, una mujer lee rodeada de tus fantasmas, duendes, ánimas y criaturas fantásticas. Será una teletransportación de las muchas que yo ya he sufrido, las que produce escritor y lector cuando presionan sentimientos.
Has logrado que se conozca tu pueblo de la mejor manera posible: haciendo escuchar el roce de sus vientos y árboles. Sólo por eso tu pueblo debería estar orgulloso de este libro y sus autor.
Le dice una madrileña que sin conocer Setenil, ha respirado sus rincones con su inefable hechizo...
Eva Inochi Cuentos Lectora.
"Setenil. Cuentos, historias y leyendas" en una de las bibliotecas de Madrid.
Gracias Eva por darle voz a palabras que ya no van a ser olvidadas.
¡Enhorabuena amigo mío! Me alegro muchísimo de que esté viajando tanto, y estoy segura de que llegará muchíiiisimo más lejos.
ResponderEliminar¡Besos! :D
Gracias Margarita, la verdad es que sus cuentos, sus historias y sus leyendas, llevan viajando algunos siglos y han visto tierras que se encuentran más allá de los mares.
ResponderEliminar