lunes, 5 de noviembre de 2018

Las siete cofradías de Setenil.


Legajo número 438, libro 4 del 21 de marzo de 1795[1]

En este documento podemos realizar la siguiente lectura en el recuento de los Reales Subsidios: ''Operación practicada por el Rev. D. Damién de Sola cura párroco de la Iglesia de esta villa, en virtud de comisión de los S.S. jueces eclesiásticos de la Santa Cruz de la Ciudad y Obispado de Málaga. Según escritura del Notario Público D. Antonio Montero"
Se establece una relación de las capellanías y reparticiones, detallando la participación de los sectores eclasiásticos. Primero se relatan las de las Ermitas de Nuestra Señora del Carmen y de la Ermita de San Sebastián, así como el resumen del pueblo y la aportación de la Iglesia Parroquial.
Hay un apartado dentro del documento dedicado a las cofradías, en el cual se establece el resumen de caja de cada una de ellas, ocupando un folio cada una de éstas. Las cofradías que aportan o justifican no disponer de fondos son:

•Cofradía de Nuestro Padre Jesús. Mayordomo, D. Diego Ruiz, presbítero.

•Cofradía del Santísimo Sacramento. Pedro Jacinto Villalón.

•Cofradía de Benditas Ánimas. Mayordomo, Juan Cabrera.

•Cofradía del Santo Celo. Mayordomo, Carlos Josef de Vargas.

•Cofradía de Nuestra Señora del Rosario. Mayordomo, Dª María Escolástica Villalón.

•Cofradía de la Santa Vera-Cruz. Mayordomo, Rodrigo Valencia Molinillo.

•Cofradía del Santísimo Rosario. Mayordomo, Antonio de Ordóñez.

En cada uno de estos pliegos, cada cofradía contabiliza los ingresos y gastos del período 1790-1794, en algunos casos se detalla en qué se ha invertido. De las siete cofradías existentes sólo dos consignan como gastos las misas y aniversarios realizados en la Ermita de San Benito, la de Nuestro Padre Jesús y la del Santo Celo.
Ante lo expuesto la primera pregunta que nos realizamos es la siguiente: ¿qué es una cofradía? Una cofradía es toda aquella asociación de fieles, pertenecientes o no a un mismo gremio, los cuales se unen por fines diversos: profesionales, sociales, caritativos, piadosos, penitenciales o de pasión; no conllevando esto ni a un mismo origen ni a unos mismos fines. Así mismo, nos podemos encontrar con cofradías de obra, de clérigos, sociales, de devoción, penitenciales, caritativas, de estudiantes y vecinales, entre muchas otras.
El objeto formal y el teorético de una cofradía es la organización, el gran paradigma será la propia familia, la parroquia, el concejo, las ligas, las asociaciones... El mundo medieval se plasma en la metodología de la nulidad de la soledad como base social, esta implantación dogmática se concebía como tal en la propia moral. La sociedad es un sistema integrado dentro de la moral y sobre todo de la moral cristiana.
La idea de gremios se refiere a corporaciones de personas dedicadas a un mismo oficio, de hecho tal denominación en la Edad Media será de "sistema corporativo", solitarietá de mestiere , corporaciones de oficio, solidaridad profesional, hermandades o de ligas en el caso de los clérigos hispanos. Así, en la actualidad, y con la intención de acercar el significante y el significado a la estructura formal de la palabra podemos seguir el postulado que se mantiene en el hecho de que "Corporación" es un término excesivamente impreciso por su propia generalidad.

La "Cofradía" en ningún caso se utiliza ya que hay que determinar concretamente su emplazamiento, ya que ello conlleva cambios en la idea del significado. El término "Hermandad" es el que se utiliza preferentemente en la actualidad por su identificación valorativa, ya que reconstruye como tal el término que quiere definir. Con ello lo que se pretende es mostrar la necesidad de los significados, su momento de uso y el sentido con el que se emplean. Pero la disposición de los diferentes términos nos conlleva a que existan otros autores que opten por el término de "Corporaciones" frente a otras de uso más corriente como gremios. Los gremios son ligas con una constitución de la corporación muy cerrada, esta estructura se basa en su carácter defensivo, proteccionista y con un fuerte matiz sociopolítico ya que persiguen su participación en el gobierno local y en aspectos de la política económica. Estos objetivos se ven completados con un objetivo moral de devoción, adoración religiosa, de ahí la representación a través de un procedimiento fundacional de centros caritativos y asistenciales.
Esta última apreciación se asiente en la creencia de unos valores ineludibles por su carácter social, pero lo que son realmente importantes son los que generan su antítesis en los valores, ya que en absoluto pueden desligarse del mundo terrenal y efímero.
Las Cofradías poseen una larga evolución iniciándose en el siglo XI, esta fecha es la más antigua considerada para su aparición y su ubicación se extendió a todo el dilatado territorio perteneciente a la corona. El nacimiento de las mismas surge como necesidad de las vidas espirituales de los fieles, la necesidad de la piedad medieval.
El espacio geográfico anterior y posterior a la conquista genera una población eminentemente fronteriza en la península, estos rasgos se concentran en el desarrollo social interno dentro de cada una de estas "unidades poblacionales", de hecho, el impulso decisivo para la formación de las cofradías vendrá de la mano de la necesidad de la defensa de la ciudad, con ello se impedía la devastación de campos y ganado entre otros elementos. Estas primeras cofradías de frontera gestadas y constituidas ya formalmente en el siglo XII mantuvieron una sólida impronta militar, denominándose "ganancia". Las Ganancias tenían también otras ocupaciones de carácter piadoso y caritativo. En la segunda mitad del siglo XIII se produce un cambio radical por el hecho de que sufren un impulso en el poder municipal, lo cual les hace considerarse como una alternativa a caballeros, burgueses y nobles; lo que obliga a estos, con el apoyo de la propia corona, en adoptar medidas restrictivas que contrarrestasen las categorías que se estaban gestando. Castilla prohibirá en los años centrales del siglo XIII las asociaciones menesterales, salvo que fuesen a atender necesidades y funciones de "buen cristiano".
A partir de este siglo XIII cristalizará la formación de la red parroquial, evento que se producirá en toda Europa.
El siglo XIV es la entidad clave donde podemos separar de forma conceptualmente nítida los conceptos de gremio y cofradía, al tiempo que se hace más problemática la denominación de "solidaridad" para las relaciones surgidas en el interior de cada corporación. Pero el problema actual radica en la diferenciación entre Cofradías y hermandades, la diferencia se viene tomando de la afirmación de una realidad, y es que desde el siglo XIII las "Hermandades" se constituyen como unas manifestaciones básicamente solidarias y con carácter estrictamente religioso.
El período de mayor auge fue así mismo el período de mayor inquietud religiosa, produciéndose éste durante el siglo XV y siglo XVI.
Durante el siglo XV, se posee una mayor constancia de dichas instituciones, pero ante todo hemos de atender a que fue en este período cuando se produjo como tal una separación en la relación cofradía y gremio. Esta separación deviene de un cambio en la concepción, de hecho la concepción económica por la cual estaban encaminados era diferente, siendo particularmente el gremio el que se identificaba más con las asociaciones de oficios. Por lo tanto la finalidad principal o casi exclusiva de la Cofradía fue la religiosa y la cultural, admitiendo en su seno a todo tipo de clases sociales y profesionales, convirtiéndose en el principal organismo benéfico, caritativo y promotor de una amplia tendencia de servicio social. El sentimiento religioso, el culto a Dios y a los santos en la necesidad de beneficios espirituales se extendió rápidamente en este período conllevando ello una gran proliferación de las mismas. Esto conllevaba también el que se ubicasen o se pusiesen bajo la protección de la Iglesia.
El siglo XVI se caracteriza de igual modo por ser el inicio de su "decadencia", ya que el fin primordial por el cual se crearon fue desapareciendo, ejemplo de ello nos lo muestra una cédula de Felipe II, la cual otorga la necesidad de potenciación de los antiguos alardes y de poderío[2]. aunque el siglo XVI fue en el caso concreto de Setenil uno de los momentos en el cual las cofradías desarrollaron una gran expansión, ya que fue a finales del siglo XV y principios del siglo XVI cuando se organizaron gran número de cofradías en Setenil.
El análisis autocrítico de la documentación de las Cofradías de Setenil del siglo XVIII nos embarga en el acto de construir un inicio explicativo de referencia, en relación a unas preguntas que comienzan a realizarse tras la aparición de la documentación presente, documentación hacia la cual nos vinculamos, intentando crear modelos explicativos y desfigurando la autofundamentalidad del evolucionismo histórico simplista gestado hasta la actualidad. Así, el carácter histórico e irrevocable de la documentación nos invita a una visualización histórica muy distinta de la que se ha configurado hasta la actualidad.
Las Cofradías son un elemento consciente y constitutivo de un sistema social y religioso que se caracterizan por ser un elemento determinante para el siglo XV-XVI. La racionalidad estructural de las cofradías media su carácter en la medida que pretende ofrecer una explicación de los fenómenos a partir de los principios que para ella van adquiriendo sentido, es decir, de la documentación histórica escrita. La negación en el presente de la conceptualización medieval y moderna del proceso histórico de las Cofradías parte de una lectura individuales auto justifican explicaciones o principios colectivos.
El desorden ha venido en Setenil de los marcos sociales anteriores e, inclusive actuales, que se han gestado de una experiencia anterior inexistente y de un orden intencional normativo que obligaba a entender la explicación de un ser no histórico, ya que las Cofradías, como hasta actualmente la hemos querido entender, no se corresponden con el propio desarrollo histórico de las mismas.
La génesis de estas hipótesis nos la van marcando factores individuales que generan el marco colectivo, entre ellos el corporativo, los regímenes, los sistemas bipolares, la extinta clase social "noble", el intento de recuperación del sujeto, el caciquismo presente, la contracultura y ante todo la necesidad de ofrecer explicaciones racionales basadas en realidades documentales.
La recuperación general del "período oscuro" de las cofradías de Setenil nos permite una recuperación parcial de las mismas, aunque de todos modos, el subjetivismo del sujeto que investiga siempre estará enmascarado e la conciencia y en la inconsciencia, de ahí que la realidad verdadera o la verdadera realidad que queremos enmarcar bajo estas o aquellas otras letras será algo más que una configuración social temporal y espacial de las Cofradías de Setenil.
Bajo otra perspectiva, el orden de las explicaciones vigentes siempre han sido superficiales, siempre se ha constituido bajo una existencia dual, el elemento bicéfalo que negaba a cualquier otra se ha visto totalmente desestructurado ante una realidad innegable.
De todos modos, la "verdad" viene a ser la legitimación de un discurso teórico en el que ha sido reconocido su pretensión de validez por parte de los sujetos participantes en el diálogo consensuado. La dialéctica puede mediante un consenso racional convertirse en una argumentación en la que las Cofradías sean exigentes en referencia a su uso correcto.
Los documentos en sí no dicen nada, pero ante un análisis pormenorizado de los mismos, las hipótesis de trabajo han comenzado a plantearse y estas mismas son las que nosotros trasladamos; ya que este análisis sí comienza a ofrecer resultados ante su lectura.
La primera es la afirmación de la existencia no ya de una o dos cofradías, sino de siete y que algunas de ellas tienen irrefutablemente un origen que se establecería entre finales del siglo XV y el primer cuarto del siglo XVI y no es tan sólo una, entre las presentes se encuentran tres. Otro hecho irrefutable es que para finales del siglo XVIII existían siete cofradías en Setenil.
De hecho, ello nos ha conducido a una nueva pregunta, habrían otras. La respuesta ha sido de igual modo afirmativa, en Setenil nos encontramos con ausencias representativas en relación a Cofradías que girarían en torno a la Encarnación, como ejemplo básico; aunque nosotros mismos somos los que esperamos encontrar más documentación en colación a dicha pregunta.
Una de las interpretaciones que pueden llegar a ser más controvertidas es la que las implica en su propio proceso de desarrollo histórico. Las Cofradías de Setenil han tenido una vida muy dilatada, actualmente nos encontramos con dos de ellas, si atendemos al conjunto de las mismas podemos observar cómo algunas de estas han sido absorbidas por estas dos. Este planteamiento nos conduce a negar de forma directa un hecho mantenido hasta la actualidad y es que las Cofradías existentes no surgieron una de otra, sino que las dos ya estaban e inclusive, como hemos mencionado anteriormente, ellas se han convertido en elementos aglutinantes de las restantes.
De todos modos, la "realidad histórica" de las Cofradías de Setenil es mucho más compleja de lo que se ha planteado hasta hoy en día, la legitimación del discurso teórico que deseamos mantener, va en relación a la pretensión de validez de la realidad histórica que hemos mostrado y vamos a seguir mostrando en próximos artículos.


Autores: Jeśus López Jiménez, Isabel Mª Parra Moreno, Ana Esther Aguilera Parras, Pedro Luis Marín García, Raúl Mira Alarcón.

Referencias

1.↑ Archivo Catedralicio de Málaga (A.C. Málaga) Legajo nº 438, libro 4, 21 de marzo de 1795.



2.↑ Archivo Municipal de Jaén (A.M. Jaén), Actas Capitulares de 1572, septiembre.

Hemos de tener presente el momento en el cual fue escrito el presente artículo al cual habría que sumarle descubrimientos tan significativos como el de la Ermita de Nuestra Señora de la Concepción.

Procesión de Ánimas atendiendo a 
la recuperación folklórica de Setenil.



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