Nunca podemos dejar de mirar esa amiga que nos acompaña y nos contempla en silencio sin decirnos nada cada vez que nuestros caminos se extienden en la noche en la búsqueda de una persona que tal vez no exista... al final, nuestros pasos llegan al final del sendero en donde la encontramos a ella observándonos con sigilo.
La miras y ...
Una imagen cautivadora... yo me lo perdí, no preguntes Jesús, estaba más que rebasada ese día, ja ja, con lo lunera que soy. Pues fíjate, no me enteré hasta el día siguiente de lo del eclipse. En fin... seguiré con mi luna blanca de siempre.
ResponderEliminarBesos :D
Pues todas las mía son tuyas, para que cada día puedas dormir plácidamente en cada una de ellas.
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