...el alma del mar...

 

...el alma del mar...

Una sombre ocre se distingue entre las dunas que se sustentan sobre las líneas del horizonte, justo por encima de las últimas ondulaciones de las olas que se marcan el mar.

Todas las mañanas puedo observarla allí, hierática en la lejanía, como un demiurgo yacente que se encuentra a la espera. Si te detienes un instante y la observas, ella se muestra oscilante, dubitativa, ya sea por el calor que desprende la arena o por ser la imagen de un sueño que se nos escapa en la vigilia.

Nunca he podido definir quién es realmente la imagen desdibujada.

Será ella el alma del mar que se encuentra en la efímera luz del amanecer, fiel reflejo difuminado de una persona, o la efigie de un ente que nunca llegaré a tener la suerte de conocer. Al menos me complace distinguir y percibir el rostro de aquella fluctuante opacidad diurna sobre las arenas de la orillas de la playa, esa misma en la que vivimos y nos encontramos cada mañana... unque ella no me perciba.

A ella... el alma del mar.

Gracias a Mandy por tus imágenes, por hacerlo todo posible @ml-graphy. Fotografía de base @sofiafstenstrom

Quedan reservados todos los derechos de la propiedad intelectual de la imagen y el texto.

21x29cm. Grafito. Ilustración de obra literaria.

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Vuelves a llamarme en silencio...

 

Vuelves a llamarme en silencio, no dices nada, pero no dejas de mirar ese rincón en el cual te gustaba que me sentase mientras te miraba como pintabas.

Nunca entendí por qué me pediste que nunca dejara de escribir y pintar para tí... vuelves a llamarme en silencio a gritos mientras tus lágrimas rebosan tus mejillas.

¡¿No sabes que aún soy capaz de escucharte, que aún estoy ahí?!

Todavía guardo aquellas pinturas que decoraban tus manos, aquellas palabras, aquella caricia, ahora te entiendo... te habías enamorado de mi, y aún hoy me sigues...

Un lápiz se desliza entre los dedos mientras el viento lo empuja sobre el papel en blanco creando un rostro de mujer...

Ilustración de 29x42 cm., grafito y lápices polícromos.

...azul...

No sabía hacer otra cosa, sino pintar, pintar una y otra vez sobre un lienzo que cada día le ofrecía una superficie en blanco.

Allí, fuera de su hogar, de su pequeño estudio, ya no había nada, salvo una eterna niebla que todo lo inunda y lo ilumina.

Ella no las puede ver, ya no las puede sentir, sólo son para ella un bello recuerdo y la creencia de que muy pronto las volverá a ver.

Azul, una mota azul sobre el pincel lo cambió todo... ella pintó sus ojos de azul.

Quedan reservados todos los derechos de la propiedad intelectual.

La Isla Arán

Nunca me ha costado tanto escribir unas sencillas letras, esas mismas que llevaba al papel día a día con el objeto de no olvidar nada de lo que estaba viviendo.

Algunas personas habréis considerado que ha sido un ejercicio complejo del subconsciente, la verdad es que han sido las palabras más difíciles de escribir, porque aquel primer viaje junto a La Nave de los Vientos me descubrió un mundo que desconocía y al que nunca más volvería... por eso lo descrito no es fruto de la imaginación.

Sé que es un relato intenso, complejo, difícil, cargado de una prosa poética que en ocasiones se proyecta de forma ininterrumpida a través de imágenes que se han convertido en palabras y letras que han deseado ser pintadas para crear imágenes. 

No, no es fácil, lo sé, para mí tampoco lo fue. Cuando embarqué por primera vez, sentí realmente lo que es la soledad, el silencio, el que el tiempo se detuviera a tu alrededor, sin un ayer, sin un amanecer, sin un hoy, sin un atardecer, sin un mañana en el cual descansar... sí, siempre hay una meta, un objetivo, pero nunca me imaginé que llegar a ellos, en ocasiones, pudiera ser tan cruel y por otro lado pudieran hacerte tan fuerte y sensible para ese mundo que dejaste tras de ti.

En ocasiones alcanzamos horizontes que nadie entenderá nunca, en donde el clima es estremecedor, el paisaje indómito y sus gentes, amables.

Sólo tú entenderás que ese es tu lugar y por mucho que lo expliques serás apartado, porque nadie te entenderá, por miedo a ti, a lo desconocido, a lo diferente... ahora te invito a leer esa historia entre las historias... La Isla Arán.

...por cierto, sí, llegué a ese lugar que se encuentra al otro lado del horizonte del mar y que sólo puedes ver con la primera luz que se produce entre el final del alba y el principio del amanecer en el interior de las olas...