Jesús López: La propuesta de un proyecto realizable: la Torre del Homenaje de Setenil.

A modo de reflexión:

La puesta en valor de cualquier bien patrimonial requiere un estudio previo del mismo, a la vez que plantearnos para qué lo hacemos y cómo lo utilizaremos sin que pierda su esencia y aporte social.

Siguiendo a Mª Ángeles Querol, "Lo verdaderamente importante en el patrimonio arqueológico, lo que en realidad lo hace, es su incidencia social. O la sociedad participa y disfruta de estos bienes o ni siquiera podrán denominarse Patrimonio; sin embargo, es precisamente la ausencia de una incidencia social positiva el mayor de los varios problemas que afectan al patrimonio arqueológico", entendemos que la puesta en valor del patrimonio debe de ser útil para la sociedad.

La intervención llevada a cabo en la Torre del Homenaje de la Fortaleza Nazarí de Setenil se enmarcó dentro del contexto de este postulado.

El planteamiento teórico del conocimiento apriorístico de Setenil se estableció utilizando como unidad de interpretación el corpus documental existente, para poder llevar a cabo las intervenciones presentes y futuras. Se han estructurado fundamentalmente para conocer el proceso histórico de Setenil, el desarrollo urbanístico y su patrimonio. La documentación analizada de forma sintética para intentar conocer la Torre del homenaje ha sido la siguiente: El Libro del Repartimiento de Setenil 1484-1491, Civitates Orbis Terrarum, Tomo III 1581, Actas Capitulares (s. XVI-XVIII), Libro del Cabeçon 1552-1557, El Catastro del Marqués de Ensenada 1752. Además de las Cuentas de 1551, en las cuales de aparecen las reparaciones de cantería, Actas Capitulares 1634-1637, Cabildo de 4 de junio de 1635, Justicia de 1627 (27 de julio de 1627, alcázar y escuela).

Con dicha base, confirmé que la Fortaleza de Setenil ha mantenido la misma estructuración urbanística que la que se efectuó en el repartimiento del siglo XV, lo que ha mantenido el urbanismo nazarita, por lo que tomaremos los mismos hitos para determinar la estructuración parcelaria de la fortaleza, la cual fue dividida en nueve barrios: el barrio de la Calle Pública del Rey, el Mirador de la Peña, El Castillo, el Hospital, La Iglesia, El Adarve, La Calle Llana, La Torre del Espolón y la Mina.

A parte del conocimiento previo, una petición de la dirección era saber cómo era en origen la construcción, a nivel arquitectónico, estructural y funcional, lo que supuso llegar a analizar y conocer todos los elementos del inmueble, un ejemplo lo encontramos en las arcadas y la conformación de las cúpulas, las cuales fueron reconstruidas fielmente ladrillo a ladrillo; lo que conllevó también a la lucha incansable y a veces infructuosa de mantener determinados elementos tal cual deberían de conservarse. El resultado final fue mantener el enlucido de la fachada, pero no en cambio el enlucido de la sala primera por "falta de presupuestos económicos culturales".

El proyecto de "musealización" de la Torre del Homenaje que elaboré y entregué en su momento, quedó conformado a grandes rasgos de la siguiente forma:
- El aljibe interior se protegía con una base de cristal iluminándose con luz fría, quedando sin tocar para futuras investigaciones.
- La primera y segunda planta se dedicarían a sala de exposiciones temporales y a proyecciones tridimensionales. Dando estas últimas una visión global de la fortaleza nazarí, que organicé por módulos estructurales y temáticos, por ejemplo el mundo del agua, completándose con elementos muebles aparecidos en las diferentes excavaciones llevadas a cabo en Setenil.
- La terraza serviría para completar la visión de la conformación de la fortaleza y su entorno. Permaneciendo cerrada en los momentos de cría de cernícalos, ya que debería seguir siendo el lugar de mayor anidación de la provincia (lo que actualmente no cumple esta fundamental función medioambiental).

Colocación de los nidos de los cernícalos.

Finalmente, completando el espacio de la Torre del Homenaje, está el aledaño aljibe de la plaza de armas, estabilizada su estructura en una intervención anterior, que se sumaba a la interpretación de la fortaleza.

Es cierto que cualquier proyecto de puesta en valor es necesario que se lleve a cabo siempre bajo los parámetros de las normativas que regulan el patrimonio para no poner en riesgo ninguno de los elementos del BIC, en este caso Conjunto Histórico, a los que queremos seguir dotando de una funcionalidad social. Creo que apostar por la puesta en valor de un bien patrimonial es algo totalmente factible, como recientemente he contribuido a llevar a cabo en la Torre de Riquelme (Jerez de la Frontera) por la apuesta llevada a cabo por Bodegas Fundador.

El análisis realizado es una reflexión desde un punto de vista constructivo. El proyecto de musealización de la torre junto con el resto de bienes inmuebles fue y es un hecho tangible, que plantea una visión social de la puesta en valor del Patrimonio Cultural, dejando a un lado la trasnochada visión decimonónica del culto de la pieza por la pieza. Por ello, lo que queda es sacarlo del cajón y asumirlo como útil poniéndolo en marcha, lo que constituiría el mayor placer de aquellas personas que trabajamos gratuitamente en él, verlo en marcha para la ciudadanía de Setenil.