Hace unos días, alguien me enseñó el significado de la palabra inmarcesible, la desconocía, y aún más importante que las pequeñas letras que la componen, es qué dicen cada una de ellas, porque esa, aunque sea pequeña, es su alma.
Una libélula y un petirrojo se sentaron a nuestro lado, no dejándonos de mirar en ningún momento con sus inconmensurables ojos que se encuentran llenos de paciencia.
Su voz, la voz, la de ella, suave y melodiosa, como la sensación que te deja la esencia del fruto rojo, que crece de la tierra y se tiñe con la luz sol... se funde en el paladar.
-¿Cómo os puedo explicar aquello que no se puede marchitar? -Nos decía mientras mantenía entre sus dedos la imagen de una flor blanca, que nos traía aromas a jazmín, a azahar, a margaritas, a flores blancas.
Creemos que se dio cuenta de que no tenía que explicarnos nada más, lo habíamos entendido, sin palabras, sólo, con la imagen de una letra pintada en acuarelas.
Una imagen, un perfume, una sensación, a veces hablan mucho más que las propias palabras, sobre todo, si quien lo emite tiene esa fuerza. Tú hablas con la palabra y con la imagen Jesús, y también con el pensamiento.
ResponderEliminarBesos :D
sólo he descrito una palabra
Eliminar