Me acerqué, y de nuevo volví a desplazar la hoja como si fuese niebla que se entrecruza en tu camino para ofrecerte un espacio en el cual poder ver y leer con más claridad. Las páginas se suceden mientras el café sigue dando vueltas sobre un fondo sin fin que mira a la espera de que alguien le lea alguna letra, alguna palabra perdida.
Una imagen se encontraba fuera de mi pequeño mundo visible, me irrumpe con una pregunta... -¿qué te parece?, -mientras notaba sus dedos sobre mi mano...
¨Perdóname, no puedo hablar más alto.
No sé cuándo me oirás, tú, a quien me dirijo.
¿Y acaso me oirás?
Mi nombre es Hor.
Te ruego que acerques tu oído a mi boca, por lejos que estés de mí, ahora o siempre. De otro modo no puedo hacerme entender por ti. Y aunque te avengas a satisfacer mi ruego quedarán bastantes secretos que tendrás que desvelar por tu cuenta. Necesito tu voz donde la mía falla.
Esta debilidad se explica quizás por la manera de vivir de Hor. Habita, hasta donde puede recordar, un edificio gigantesco, completamente vacío, en el que cada palabra pronunciada en voz alta produce un eco interminable."
En una sencilla hoja entremetida en la contraportada, comencé a leer aquellas mismas palabras que se habían escrito para ahora verse de nuevo entre mis dedos... Si hay un escritor europeo que en los últimos años se haya confirmado como un maestro absoluto de lo fantástico, es, sin lugar a dudas,.... Ha calado muy hondo en la sensibilidad y la imaginación de gentes de todas las edades porque posee las claves para dotar a cualquier realidad, aun la más cotidiana, de un aura fantástica. Escritor singular, sabe ahondar en los secretos laberínticos de nuestros sueños y de nuestros ensueños, de nuestros deseos y de nuestras inquietudes, y lo ilumina todo con la luz de un juego literario incomparablemente sutil y ameno...
Los dos libros se cierran... y se miran.