Erase una vez una medusa transparente y suave a la que le gustaba danzar con la sal y la vida. Pero en su corazón añoraba conocer qué había sobre el fondo del mar.
Pidió un deseo y le fue concedido.
Su cuerpo se hizo fuerte y sus hijos tejieron velas, pensó que iba a flotar y así fue.
Hasta que un día, vio una gaviota pasar, sus velas se cubrieron de plumaje y su cuerpo se hizo cálido. El mar se transformó en cielo y la blanca espuma en nubes... y voló...
Margarita Hans
Escritora
(sanguina 30x40)
Gracias Margarita.
Texto de Margarita Hans, escritora.
Dibujo de Jesús López, escritor.
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