...un día de Luna y una noche de Sol...

...en los últimos meses, voy por los caminos antes de que la noche deje paso al día, mientras en un extraño momento, el alba, la Luna y el Sol desaparecen mientras se buscan, que desconsuelo buscar a quien se ama y no poder verse, sólo la magnificencia de los colores que difuminan en el cielo evocan su presencia y  aromas que sólo ellos conocen... pero hoy, todo ha sido diferente, la Luna ha detenido su paso y el Sol se ha asomado tras la última línea del horizonte, allí estaban, contemplándose por primera vez... una noche con su Sol y un día con su Luna.

... seguí paseando por caminos sin tierras y una hoja me trajo un recuerdo, el equinoccio de otoño.

La Luna se asomó al día.

El Sol se asomó a la noche.

Me encontré una noche con su Sol y un día con su Luna.

Siento haber sido egoísta, viví el momento y no realicé esa imagen de 180º 

que hubiera mostrado tan singular encuentro.

...a ellas...

    Hace algún tiempo, una niña pequeña que iba en brazos de su madre mientras paseaba me miró fijamente, le sonreí y ella me devolvió dos cosas, un saludo cómplice y una sonrisa.

    A lo largo de la calle no dejaba de mirarme y hacerme gestos con la mano, hasta que su madre se dio cuenta, la miró y me miró, en ese momento, los dos fuimos cómplices de no hacer nada... al encontrarnos con ese cruce de caminos, ellas tomaron uno y yo otro, pero ella volvió a sonreírme y a saludarme con la mano mientras se alejaba.

    No hace mucho, encontré por casualidad a esa madre y a esa pequeña que me ofreció dos cosas, un saludo y una inolvidable sonrisa. 

    Hoy puedo verla dormir.

A ellas. 

Dibujo lápiz y pastel, 29x20.

Quedan reservados todos los derechos de la propiedad intelectual.

...sonrisas...

 ⸺ ¡Mamá!, he soñado que nos convertíamos en mariposas.

⸺ ¿Y para qué nos íbamos a convertir en ellas?

⸺ ¡Para volar!

⸺ No te preocupes, todo saldrá bien. ⸺le dijo mientras le sujetaba su mano con la mirada perdida en sus recuerdos y en la nostalgia.

⸺ Yo te daré fuerzas mamá. ⸺le aseguró con un hilo de voz que era un susurro, porque ella ya estaba dormida.

Ella nunca perdió su sonrisa, ni por su hija, ni por ella.

Gracias por sonreír, a ellas.

...detrás del color...

- Pinto muertos.
- No te entiendo. 

- Yo pinto personas que ya no están porque tienen parte de su corazón yerto.

- ¿Qué quieres decir?

- La belleza que ves no es sólo sino el dolor que has vivido hasta que parte de tu corazón dejó de latir. A él es a quien escucho, él es a quien represento. ¡Cuánta belleza en un frágil corazón muerto!

- ¿Eso es lo que ves?

- No amiga mía, eso es lo que siento.

- Y, ¿ qué más sientes, qué buscas en mi corazón?

- A ti.

- ¿Y por qué no buscas en el tuyo?

- Buscar en mi corazón, yo ya no tengo.

- ¿Y tu alma?

- Yo no la poseo, porque se la entregué a ella. La estás viendo, y la tuya es dulce, huele a preticor, rosas y lavanda. Escucha, lo oyes, es tu pequeño corazón, aún late.

- ¿Puedes arreglar mi corazón?

- No lo sé, sólo puedo ofrecerte una sonrisa y algo de color.

Ella sonríe levemente, con eso es suficiente.

Al final, ella reconstruyó su corazón con el que le ofrecieron sus hijas.

...preticor...

El aire se envuelve de aromas a tierra mojada, mientras sobre los cristales comienzan a deslizarse pequeñas gotas que tú sigues con el dedo indicándoles un camino que finaliza sobre las hojas que los vientos han arrastrado, en ellas se posan, en ellas duermen.

Sonríes y de ti sólo puedo ver tus profundos ojos, esos que me miran y sé que no me ven, no me importa. La lluvia cae y desfigura aún más mi efímera silueta, veo como despegas los labios y las letras forman una palabra… preticor… me detengo en observar su belleza, la de aquellos labios que dieron a nacer aquel sonido, qué significará…

Un sonido estridente irrumpe la imagen, es Claudia, quiere que volvamos a rehacer nuestras vidas, la que nunca perdimos, a la que nunca le dimos una oportunidad.

Siento su mirada… ahora sé que me ve.

...preticor...

...azul...

No sabía hacer otra cosa, sino pintar, pintar una y otra vez sobre un lienzo que cada día le ofrecía una superficie en blanco.

Allí, fuera de su hogar, de su pequeño estudio, ya no había nada, salvo una eterna niebla que todo lo inunda y lo ilumina.

Ella no las puede ver, ya no las puede sentir, sólo son para ella un bello recuerdo y la creencia de que muy pronto las volverá a ver.

Azul, una mota azul sobre el pincel lo cambió todo... ella pintó sus ojos de azul.

Quedan reservados todos los derechos de la propiedad intelectual.

...ella no puede ver su reflejo...

...ella no puede ver su reflejo...

Fragmento de la ilustración "mami", grafito 29x21.

...mami... ilustración de un relato

"mami.." Ilustración realizada con grafito, 29x21.

...mami...

Ella siempre está ahí, mirando tras la ventana y pintando sobre superficies blancas, nada existe más allá de lo que ella es capaz de imaginar... de soñar...

Ella sólo le pidió a la sombra una cosa, que no la abandonase nunca, bajo ninguna circunstancia, la sombra sigue cumpliendo su petición...

Quedan reservados todos los derechos de la propiedad intelectual.

...la ladrona de besos...

"Las hojas perdidas" son el tercer libro de La Nave de los Vientos, y de entre todas sus historias deseo comenzar por aquella que permitió que todo se hiciese realidad... me refiero a aquel día en el cual me encontré con "La ladrona de besos".

aquellos ojos que te miran

Hace unos años me encontré en un pequeño pueblecito de la costa mediterránea con quien está en el interior de esa mirada de insondables ojos verdes. Mi querida amiga había guardado dos de mis libros, "Noisscha" y "Sueños sobre los libros de Indicavía", ahora me pedía nuevas historias reunidas en un libreto... escribí "Las hojas perdidas". Los relatos se centran en esas mismas personas que me han ayudado a ver diferente, gracias a todas ellas se escribió esa obra que ahora tenéis entre vuestras manos "La Nave de los Vientos".

Ilustración perteneciente a "La Nave de los Vientos"