La luz cobriza
del reflejo de las velas penetra en el interior de los corredores, descender de
escaleras, aún la luz es visible en lo más profundo de las galerías, la sala se
abre y busco el estante decimo cuarto, una voz a mis espaldas, nunca he podido
definir si sus ojos son verdes, grises o tienen una mota melada sobre su superficie,
La voz sigue sonando, busco un libro que ya puedo distinguir, veo su lomo, lo
abro y leo el primer párrafo que encuentro… “… la luz azul de la estancia es la
que me brindó la oportunidad de despertarme en la oscuridad mientras sus ojos
me miraban y me despertaban… la luz azul de la luna fue quien lo llamó…”.
-¿Qué libro es? –Me
preguntó.
-Uno que está
por escribir. –Le respondí con una sonrisa imperceptible entre los labios.
Silencio,
mientras ella miraba los estantes que por unos momentos habían aumentado en el
número de volúmenes y de espacio ocupado.
-No te
preocupes, es normal, no es frecuente, pero es algo normal…vengo a realizar un
depósito. –La dije sin mirarla, mientras sus ojos permanecían muy abiertos.
Su rostro estaba
lleno de estupor, el cual se hacía evidente en su mirada, aunque no dijo nada,
aparentemente… alargó la mano y tomó una lámina de papel sobre la que había un
dibujo en la que aparecía una mujer joven pintando mientras ella misma miraba
hacia un ventanal sobre el que se veía una figura sombría, ella, la muchacha le
sonreía, mientras la pintaba sobre este mismo papel que ahora sustenta entre
sus manos, dibujaba aquella sombra que permanecía hierática en los reflejos de
los cristales de los ventanales de su estancia.
Él dejó el libro
en “su no sitio” y ella miró a hurtadillas el nombre de la autora, Eva I.,
mientras tomaba la lámina y leía en un dibujo escrito con letras de pétalos su
nombre, Kasia U. Le sonrió y…
-¿Pero son obras
del futuro?
-Del futuro de
ellas, pero las obras pertenecen a nuestro pasado.
Se alejó entre
los pasillos y antes de recorrer el espacio de la última esquina…
-¿Cuál es tu
nombre…?
Se detuvo muy
lentamente y casi sin girar la cabeza le dijo… -no tengo nombre…
A Eva Inochi Cuentos por ser una pintora de letras
&
a Kasia Uminska por ser una escritora de sus dibujos.
Texto y dibujo de Jesús López.
Quedan reservados todos los derechos de la propiedad intelectual del presente artículo.