Siempre existe un lugar en donde guardamos lo que en un día sintieron nuestros corazones. Por ello, tengo el placer de comunicaros el título de mi próxima obra "La Nave de los Vientos".
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sábado, 22 de agosto de 2020
...tengo el placer de comunicaros el título de mi próxima obra...
viernes, 10 de enero de 2020
...la piedra negra...
-Un fragmento de tu tiempo. -Le dijo él.
Sobre su mano se podía observar una pequeña piedra negra.
-Es preciosa.
-Sólo es una piedra negra, sólo es un fragmento de tu no tiempo.
-¿Tú crees...? -Ahora era la niña pequeña quien se la mostraba.
A través de la piedra podía ver como el reloj se construía y se deshacía constantemente mientras flotaba en el aire, sobre las orillas de un mar tranquilo de aguas cristalinas y en el cual, un amanecer y un anochecer se tornaban constantemente mientras hablaban, al tiempo que otras lunas permanecían suspendidas sobre un horizonte que te ofrecía en la oscuridad de la noche la imagen de galaxias sobre una pequeña porción del universo, parecía un lienzo en el cual todos los colores creaban una imagen nueva y armónica ... él le sonrió.
Quedan reservados todos los derechos de la propiedad intelectual del presente artículo.
martes, 19 de noviembre de 2019
una pequeña mano
una pequeña mano
Amahi Mori
Una
pequeña mano salió de la niebla, me buscaba, era la de una niña pequeña, estaba perdida y sola en aquel camino del
limbo. Al verme se asustó, sintió miedo, llevaba demasiado tiempo pérdida, y
cada día se sumía más en ese lugar sin espacio, sin sentidos, sin sentimientos.
-¿Quién
eres?
-Soy
yo.
-¿Y
tú quién eres?
-¡Yo,
ya te lo he dicho!
-¿Y
quién es yo, o sea tú?
-Pues
yo, ya te lo he dicho antes. –Le contestó con una leve sonrisa.
Ella
se le quedó mirando durante unos instantes, hasta que volvió a preguntarle,
armada con más paciencia.
-¿Cómo
te llamas, cuál es tu nombre? –Le preguntó con el objeto de no dejarle ninguna
salida.
-No
tengo nombre.
¿Cómo
que no, todo el mundo tiene uno? –Le repuso, aunque su rostro evidenciaba
extrañeza y curiosidad.
-Yo
no tengo nombre.
-Eso
no puede ser posible, todo el mundo tiene un nombre.
-Ya
te lo he dicho antes, yo no tengo nombre, ¿acaso es necesario tener uno?
-Pues
claro, todo el mundo tiene uno, toda persona tiene un nombre.
-No
tengo nombre.
Ella
lo miró con atención.
-Eres
raro, no tienes nombre.
-Los
nombres para mí no son importantes, pero en cambio tú, sí.
-¿Yo?
-Sí,
tú, tú eres importante, tú eres lo importante, no tu nombre, él no dice nada de
ti, en cambio tú, tu lo dices todo de ti misma.
Su
rostro mostró una extraña mueca de incredulidad.
-No
te preocupes. –Le dijo él.
-¿De
qué? –Le contestó ella.
-De
la niebla.
Su
pequeña mano se aferró a la suya, sus
dedos se entretejieron y por primera vez sintió la calidez de la amabilidad de
quien te ofrece. Una pequeña lágrima circundó sus ojos, él no dijo nada.
-Y
si no tienes nombre, entonces ¿tú qué eres?
-Me
gusta esa pregunta.
-Soy
algo así como un come sueños.
-¿Te
comes los sueños? –Le dijo poniendo un rostro sobre articulado de extrañeza.
-¡No!,
no me los como, me los llevo.
-¿A
dónde?
-Lejos,
muy lejos, donde ellos no molesten.
-¿Y
eso dónde está?
-Curiosa
pregunta, está muy cerca de ti.
-¿Dónde
está eso?
-Eso
está junto a ti, soy yo. Yo me los llevo para que esa niebla nunca más vuelva a
molestarte.
Su
pequeño rostro evidenciaba sorpresa.
-¿Por
qué estás aquí? –Dijo en un hilo de voz.
-Porque
tú me has llamado.
-¿Yo
te he llamado?
-¡Sí!
-¿Yo
te he llamado…?
-Sí,
¿no estabas gritando en silencio entre esta niebla que te rodea y no permite
que salgas de este sitio?
Se
dio cuenta de que era exactamente lo que le sucedía.
-¡Sí!
–Dijo ella con un hilo de voz.
-Pues
por eso he venido, perdona que haya tardado tanto, en ocasiones me cuesta
escuchar vuestros gritos de ayuda.
-Pero
yo no he gritado.
-Lo
sé.
-Entonces,
¿cómo es que me has escuchado?
-Hay
algo que grita de una forma más profunda y atroz… y ella está dentro de ti.
-Y
eso qué es.
Le
contestó con una sonrisa sobre aquel rostro serio.
-Eso
es quien realmente eres tú, a ti te escucho, a tu voz… no podría.
Él
le extendió la mano, rompiendo y deshilachando la niebla… ella le tentó los
dedos en unos primeros momentos, luego se la fue agarrando poco a poco hasta
que la asió muy fuerte contra sí y terminó por abrazarse a sus piernas. Sus
ojos dejaban escapar lágrimas que recorrían sus mejillas. Una mano las recogió
y otra la abrazaba mientras una voz le susurraba muy suave al oído que ya no
tenía que tener miedo.
-¿A
dónde vamos, a dónde me llevas?
Unos
instantes de silencio.
-Fuera
de esta niebla.
-Eso
es imposible, nunca he podido salir de ella.
-Para
eso estoy aquí, tú me has llamado y por eso he venido… para sacarte de ella.
Sus
pequeños ojos redondos estaban muy abiertos, se quedaron mirando aquellos otros
que eran oscuros, muy oscuros, como cuando miras a una noche profunda y en lo
más hondo de ella ves algo…
-¿Tus
ojos son negros?
-Sí
-Son
profundos y me dan un poco de miedo…
-No
te tienen que dar miedo, no tienes que tener miedo…
-Pero
hay algo en ellos, como un pequeño punto que cambia de color, ahora marrones,
ahora verdes, luego azules, más allá rojos hasta detenerse sobre una tonalidad
violeta muy brillante.
El
silencio los acompañó durante unos pasos, pero la niña pequeña no podía dejar
de preguntar, necesitaba entender.
-¿Por
qué brillan así en lo más profundo de ellos?
-¿Lo
has visto?
-¿El
qué?
-Esa
pequeña luz que brilla.
-¡Sí!
Una
sonrisa invadió el espacio entre ambos.
-No
son mis ojos los que ves, sino los tuyos.
-¿Eso
no lo entiendo?
-Te
has visto reflejada en mí, te estabas viendo a ti misma.
-¿Y
esa pequeña luz?
-Tendrás
que descubrirla por ti misma, pero esa luz eres tú.
-¡Yo
no soy luz!
-No,
no eres luz, eres la luz, pero la tienes que descubrir tú misma… ¿vamos?
-¿Te
volveré a ver?
-Posiblemente.
-¿Cuándo?
El
silencio fue frío, se acercó, se arrodilló junto a ella y…
-Seguro
que nos veremos, pero ahora tengo que volver…
-¿A
dónde?
-Allí,
a la niebla.
-¡No!...
quédate conmigo.
-Eso
no puede ser, tengo que volver a ella, hay más personas que me llaman, he de
ayudarlas a salir de ella.
-¿Por
qué no te quedas?
-No
puedo, pero me volverás a ver, te lo prometo…
-¿Cuándo?
-Cuando
seas mayor, recuerda…. cuando seas mayor, una vez me dijiste que deseabas volar
en una nave, que en ocasiones deseabas marcharte lejos, muy lejos y huir lejos
en ella.
-Pero
eso no puede ser, eso no ha pasado.
-Pasará,
entonces te darás cuenta de que soy yo. Sólo tendrás que darme la mano y te mostraré esa niebla que
tanto te inquieta para que nunca más vuelvas a verla.
-Y
entonces ¿qué queda, qué quedará?
-Un
bello recuerdo, porque tú debes ser libre y seguir andando para vivir tu propia
vida. Despegarnos de la niebla nos inquieta, nos cuesta trabajo, nos duele, su
compañía nostálgica nos agrada, nos envuelve… pero amiga mía, ella no te deja
avanzar…y tienes que ser libre.
-¡Tengo
miedo!
-No
temas, dame la mano, andemos juntos, sonríeme, sonríe, disfruta de este pequeño
camino, de estos pocos pasos que nos quedan, siente la luz como va penetrando
en la niebla, despídete de ella y mira lo que encontrabas en mis ojos que eran
tus deseos, ahí los tienes…
Ella
le apretó la mano, se la soltó y anduvo unos pocos pasos, tras de sí estaba él
y nada más, frente a ella… un prado cubierto de pequeñas flores se extendía
sobre el horizonte, la luz atravesaba un cielo azul turquesa, intenso y
brillante, las nubes dibujaban con sus jirones efímeras figuras que corrían en
pos de los vientos.
Se
dio la vuelta, lo abrazó y salió corriendo por el prado… de repente se detuvo y
le preguntó.
-¿Qué
encontraré allí, al otro lado del prado?
-Verás
la nave con la cual has soñado escapar y alejarte de todo, es La Nave de los
Vientos, mi nave, esa por la cual me preguntarás cuando seas mayor, verás junto
a ella tu camino, síguelo, no te preocupes que no te perderás.
-Y al final ¿qué encontraré?
-Esa
pregunta no es la correcta, ya que yo sólo tengo preguntas y ninguna respuesta…
aunque esa pregunta está relacionada con el mar… y ahora soy yo quien te
pregunta… ¿el mar?
-¡No
lo sé! –Dijo con estupefacción y extrañeza.
-Tranquila,
cuando nos volvamos a ver.
Se
abrazó a sus piernas, él se agachó, ella no quería irse, sus manos se
despegaron lentamente mientras sentía que algo brotaba de ellas.
-¿Te
volveré a ver alguna vez? –Dijo con una voz entrecortada.
-No
te preocupes, ellas te acompañarán y estarán atentas a ti, en silencio.
Sus
pies avanzaban deprisa sobre las láminas verdes del prado, sus pasos se
detuvieron lentamente conforme más se acercaba a esa nave que él le mencionó,
no es que fuese muy grande, pero para ella era enorme. Lo que más le llamó la
atención era que flotaba sobre el suelo, estaba suspendida en el aire, volaba y
sus sombras jugaban con los pétalos de las flores, dejando escapar destellos
que no entendía. Su pequeña mano se posó sobre su superficie de madera y un
sonido, como cuando te abrazan muy fuerte, hizo crepitar sus cuadernas. Sus
dedos la acariciaron, mientras ellos se fundían en su interior y veía como se
transformaba a su paso en letras y colores que se extendían entre sus manos,
entre sus dedos, dando color al prado e iluminando el día. Tentaba las letras e
introducía los dedos en aquellos colores que nunca había visto, ellos poco a
poco comenzaron a transformarse en multitud de flores que extendieron sus alas
y comenzaron a volar en todas direcciones… ella, la pequeña niña, despertó de
su sueño…
Y
ahora ha vuelto a despertar…
-¡Hola!…
¿te acuerdas de mí… me das la mano y salimos de la niebla que te embarga…?
Silencio,
una lágrima habla sobre una mejilla.
-Has
vuelto.
-Sí.
-¿Por
qué?
-Porque
me has llamado, porque un día se lo prometí a una niña pequeña.
-¿Y
volverás a sacarme de la niebla?
-Sí.
-No
te preocupes, sé salir, podré salir de ella, esta no hace falta que te la
lleves.
-No,
esta no es igual que la otra, a esta la devoraré hasta destruirla, no dejaré nada
de ella, salvo un único recuerdo puro y agradable como un sueño que se olvida.
Ella
lo miraba con atención.
-¡No
has cambiado!
Su
respuesta, una sonrisa.
Amahi Mori
-¿Me
das la mano?
Una
mano asió a la otra, sus dedos se entrelazaron.
-¡Sí!
-Y
ahora… cuéntame cada una de sus letras.
Ella
comenzó a contarle en un hilo de voz, más débil que un susurro, mientras paso a
paso se alejaban de aquella niebla que él iba devorando poco a poco.
Dibujos de Amahi Mori.
Texto de Jesús López.
Gracias Amahi por ofrecernos el reflejo en el cual contemplarnos.
sábado, 19 de octubre de 2019
...una palabra...
¿cuál era?
¿el qué?
el objetivo
Siempre robando momentos que no me pertenecen.
No paso de la trampa de espinos que se viste de color.
¿el qué?
el objetivo
Quisiera ser esa flor a la que cuida con sus palabras, acaricia con su mirada y siente su aroma interior.
Siempre robando momentos que no me pertenecen.
No paso de la trampa de espinos que se viste de color.
La búsqueda del preticor es inmarcesible, pero el sueño de color impuesto es inalcanzable en la soledad del olvido y la indiferencia producida por el dolor de la decepción me deja sin paletas de color.
Mi deseo envuelto en el diente de león, es que despliegue el color que cuida con sus palabras, la acaricia de su mirada y sienta su aroma interior.
Mi deseo envuelto en el diente de león, es que despliegue el color que cuida con sus palabras, la acaricia de su mirada y sienta su aroma interior.
la ladrona de besos
Texto de la ladrona de besos
Ilustraciones de
Valeria Docampo & Rebecca Dautremer & Amanda Cass
Texto de la ladrona de besos
Ilustraciones de
Valeria Docampo & Rebecca Dautremer & Amanda Cass
Quedan reservados todos los derechos de la propiedad intelectual.
viernes, 18 de octubre de 2019
inmarcesible
Hace unos días, alguien me enseñó el significado de la palabra inmarcesible, la desconocía, y aún más importante que las pequeñas letras que la componen, es qué dicen cada una de ellas, porque esa, aunque sea pequeña, es su alma.
Una libélula y un petirrojo se sentaron a nuestro lado, no dejándonos de mirar en ningún momento con sus inconmensurables ojos que se encuentran llenos de paciencia.
Su voz, la voz, la de ella, suave y melodiosa, como la sensación que te deja la esencia del fruto rojo, que crece de la tierra y se tiñe con la luz sol... se funde en el paladar.
-¿Cómo os puedo explicar aquello que no se puede marchitar? -Nos decía mientras mantenía entre sus dedos la imagen de una flor blanca, que nos traía aromas a jazmín, a azahar, a margaritas, a flores blancas.
Creemos que se dio cuenta de que no tenía que explicarnos nada más, lo habíamos entendido, sin palabras, sólo, con la imagen de una letra pintada en acuarelas.
jueves, 17 de octubre de 2019
de la arqueología a la leyenda
Mientras realizaba los dibujos de alzada de un inmueble del siglo XII, en el pirineo aragonés, perteneciente al municipio de Torla-Ordesa en el valle del Bujaruelo, para su posterior estudio paramental, quedo atento a las historias que de él cuentan a mi alrededor...
Planta y alzado de San Nicolás de Bujaruelo s.XII.
Dibujar piedra a piedra, conocerlas y saber de ellas, es parte de un principio para entender y no perderse en el conocimiento de la edificación, que poco a poco voy registrando con la punta del lápiz y una mano que lo dirige sin ningún tipo de dilación.
Una voz femenina habla, entre sus dedos, un libro manuscrito y alguien escucha junto a mi, con unos folios ralos. Ahora, creo entender, van a comparar el contenido, luego equipararán las letras.
"Ahora que los cabellos yacen canos, la mano permanece temblorosa para sustentar la pluma, la vista se apaga lentamente dentro de estos ojos que han visto algunas cosas más de las que hubiesen deseado, antes de que la mente comience a olvidar su pasada juventud por su presente vejez, antes de que me olvide y silencie esa vida intensa que todavía puedo contaros y dejar un reflejo fiel de lo acontecido en aquellos años sobre la superficie amarillenta y rugosa de este papel, que incluso ahora que lo estoy escribiendo ya es viejo. Deseo que escuchéis la voz que evocan mis letras escritas."
Se hace el silencio mientras observo sus caras... un pequeño petirrojo y una libélula se posan a mi lado, no dejan de mirarme.
Me di cuenta de que todos me observaban con rostros de complicidad, como si hubiese hecho algo, lo cual desconozco...
La circunstancia anterior fue interrumpida por una pregunta.
-¿Qué se cuenta sobre la advocación de la ermita? -La contestación no se hizo esperar.
-Está dedicada a San Nicolás de Bari, ese es el nombre con el cual lo conocemos aquí, en la zona occidental en torno al Maditerráneo, en oriente se le conoce como San Nicolás de Myra, este obispo nació en el siglo IV en Patara, la actual Turquía y sabéis que es él en quien se basa la figura de San Nicolás, Papá Noel o Santa Claus. Creemos que existen actualmente unos dos mil templos dedicados a su advocación, así que ya tenemos algunas historias para empezar... pero nos queda la más importante, por qué en este lugar.
La circunstancia anterior fue interrumpida por una pregunta.
-¿Qué se cuenta sobre la advocación de la ermita? -La contestación no se hizo esperar.
-Está dedicada a San Nicolás de Bari, ese es el nombre con el cual lo conocemos aquí, en la zona occidental en torno al Maditerráneo, en oriente se le conoce como San Nicolás de Myra, este obispo nació en el siglo IV en Patara, la actual Turquía y sabéis que es él en quien se basa la figura de San Nicolás, Papá Noel o Santa Claus. Creemos que existen actualmente unos dos mil templos dedicados a su advocación, así que ya tenemos algunas historias para empezar... pero nos queda la más importante, por qué en este lugar.
martes, 15 de octubre de 2019
el petirrojo
Recuerda la historia, algo que cuentan y que se ha convertido en leyenda.
Quieres escucharla, acércate y te la contaré, aún puedo recordarla y si alguna palabra me falta, no te preocupes, el bosque nos la susurrará.
Era invierno... mientras recorríamos el camino, perdona, no nos hemos presentado, estamos nosotros, la pequeña libélula de color carmesí y yo, nuestros nombres, ellos no son importantes para esta historia. El espacio a recorrer estaba teñido de un aroma muy particular, como si alguien con un pincel muy fino lo hubiese impregnado con pinceladas de preticor, aromas y colores ocres sobre superficies blancas. Pequeñas figuras de hielo se arremolinaban a nuestro alrededor, la pequeña libélula jugaba con ellas, buscaba una, me traía otra y al final, siempre encontraba otra distinta a todas las demás, una pequeña figura de hielo única, diferente a sus hermanas.
El cielo azul tenía una tonalidad e intensidad metálica, mientras pequeñas hilachas blancas corrían por él, como quien escribe notas de música en el aire, para que el sonido de todos los instrumentos de la orquesta, al final, evoquen una única voz. Eso es lo que estaba sucediendo. La pequeña libélula, se detuvo por unos instantes, sus ojos no dejaban de mirar ese espacio infinito que la rodeaba, ese espacio que es su hogar, aunque en esta ocasión buscó mi mano. Se posó sobre ella en busca de una mano amiga, que siempre estuviera ahí, firme y sin preguntas. Se hundió entre mis dedos, buscando calor y yo la puse cerca de mi pecho, para que siempre tuviera el calor que ella, pequeña, necesitaba, al tiempo que sus ojos siempre atentos, encontrasen aquello que yo no podía ver.
Así que proseguimos nuestro camino, pero ella, ya me lo había anunciado sin palabras, el cielo, aquel mismo cielo, se fue entretejiendo en silencio, sin prisas, ofreciéndonos todas y cada una de sus pinceladas, mientras que la partitura que próximamente iba a ser interpretada se estaba componiendo. La pequeña libélula no dejaba de susurrarme con su mirada que los cielos se estaban cerrando, que los vientos arrastraban los pequeños copos de nieve, que bajaban flotando tan lentamente que semejaban como cuando una hoja cae en el otoño y se entretiene en su caída en hablar con todas y cada una de sus hermanas.
La bóveda del lienzo ahora permanecía en blanco, como quien espera nuevas pinceladas que crean sobre su superficie un nuevo paisaje, un nuevo espectáculo. El cielo estaba blanco, como la primera imagen de un cuadro. Las nieblas descendieron y cubrieron las altas cumbres y las copas de los árboles del bosque. En aquella composición, pequeñas notas de color blanco lo seguían inundando todo.
Unos ojos siguieron una nota pendida sobre aquel pentagrama, una nota de color naranja sobre un pentagrama blanco de líneas sombreadas por vetustos árboles del bosque vestidos de verde. Aquella voz ya la conocíamos, a unas alas grises de tonalidades pardas se le unieron otras transparentes, el vuelo fue vertiginoso, dos grandes amistades se habían reencontrado en la profundidad de este cuadro, una libélula y un petirrojo.
Su voz me traía palabras entrecortadas que no entendía, aquella pequeña silueta naranja sobre un fondo blanco que cada vez más se iba extendiendo más y más, emitía una canción que no entendía. Sus palabras se entonaban para mí tan rápidas que sólo supe escuchar un bello trino. La pequeña libélula la apaciguó, su vuelo tranquilizó el corazón de la voz del petirrojo y las letras se ordenaron en mi mente, las palabras comenzaron a ser entendidas... él necesitaba ayuda. El gorjeo ahora era más pausado, las letras que me faltaban rápidamente las introducía la libélula y si me faltaba alguna palabra, ella era incluida por los sabios abetos del bosque.
El petirrojo no pedía por él, alguien pedía una voz amiga, alguien necesitaba no escucharse a si misma. Alzamos su voz y ella alcanzó a los árboles del bosque, así que el aire comenzó a soplar cada vez con más fuerza, el viento arrastraba la nieve y su aliento era tan fiero que estremecía las ramas de los árboles. La voz del petirrojo fue suspendida entre las hojas de los árboles y el viento se las llevó con fuerza a lo más profundo del otoño.
En otro lugar... unos ojos de mujer miraban un espacio vacío, un lienzo sin nada. Bajo la luz del sol, un frío recorrió las calles. El cielo fue surcado por notas que arrastraban vientos gélidos llenos de palabras que exhalaban nubes. Ese espacio vacío se convirtió en un lienzo frío de densos cúmulos, un aroma frío a tierra mojada, a nieve, a un día más, le inundó su mente, su alma. El aire frío suspendía como una brisa la sutil nota naranja de un petirrojo. Sus ojos escucharon aquella nota de color, mientras la libélula llevaba cada una de las notas, cada una de las palabras, cada una de las imágenes, desde aquí a aquel lugar que no podíamos ver.
Un pequeño petirrojo se posó sobre el árbol del jardín y siguió hablándole a aquellos ojos que lo miraban, desde entonces, una sonrisa se descubre en el rostro de quien le pidió ayuda al aire y el aire, a su vez, a otro petirrojo.
Desde entonces, ella ya no está sola, sus ojos encuentran en el lienzo pintado, el trino y la voz de la palabra de quien le ofrece una amistad sincera.
El petirrojo se vuelve a posar sobre los árboles del patio, ella le sonríe.
Y nosotros permanecemos, un rayo de luz y unos copos de nieve blancos nos traen esa mirada que sólo es capaz de ofrecer tu sonrisa. La nieve cae, el gélido invierno se adentra en el otoño y la libélula, el petirrojo y quien escribe esta historia se adentran en lo más profundo del bosque.
Gracias Olga por pedirme que te escribiese un relato,
deseo que sea de tu agrado.
martes, 24 de septiembre de 2019
una jornada de trabajo
Una jornada de trabajo muy agradable en torno a unas páginas que estaban en blanco y hoy día son las que conforman la obra de "alas de amapola".
Aquella pequeña obra escrita en azul y rojo sobre fondo blanco, vino a cumplir un deseo y una deuda personal. Creíamos que sorprendería, y así ha sido, pero con una diferencia, lo ha hecho sobre las personas, sobre quienes la han leído, su lectura no ha pasado inadvertida y las muestras de afecto nos han llegado desde lugares tan lejanos como insospechados. Pero ese fue el deseo de aquellas personas que estábamos disfrutando en la confección de la publicación de "alas de amapola".
En la imagen, las personas que lo hicieron posible, de derecha a izquierda. Inma es la editora de "alas de amapola", su visión se centró sobre esta pequeña obra que conformaba un paso diferente a nivel literario. Isa es quien se ha detenido en corregir todos y caa unos de los textos que han ido tomando forma, una labor silenciosa y que en su momento, también realizó sobre "alas de amapola". Y al final, en el extremo de la imagen, el que toma la imagen y la dibuja con palabras.
Hoy, los caminos nos llevan por nuevos proyectos, nuevos senderos, y son estas, mis letras, las que esperan ver próximamente la luz en una nueva obra.
miércoles, 18 de septiembre de 2019
"alas de amapola" da la vuelta al mundo
"alas de amapola" ya está presente en 130 países, desde la editorial ExLibric, se me comunica que la pequeña obra de "alas de amapola" ya puede ser adquirida en 130 países, la cual ha sido leída en 14 y conocida en 45 países de todo el mundo, gracias al acuerdo llevado a cabo con @BookDepository . Mi agradecimiento a tod@s l@s lector@s por haberlo hecho posible.
jueves, 27 de junio de 2019
todo el tiempo del mundo puede estar en un segundo
todo el tiempo del mundo puede estar en un segundo
el alma de una vieja amiga se tiene que llevar algunas de las páginas escritas, pero mientras para vosotras sólo será un segundo, para ellas será la felicidad de toda una vida, no os dará tiempo de echarlas de menos, pronto, muy pronto volverán y entonces ellas estarán entre vuestros dedos y sus palabras en la voz de las comisuras de vuestros labios
hasta entonces, sólo, sólo os pido un segundo
lunes, 3 de junio de 2019
alas de amapola en clases de "haiku" y pintura "sumi-e"
Un sonido irrumpe en la noche, alguien que te ofrece una sonrisa, amistad... una conversación...
Me entrega una palabra suspendida en una imagen, siempre he sentido deleite por la literatura y la pintura japonesa, "alas de amapola" tiene parte de esa influencia, estando más palpable en los dibujos.
A pesar de ello, no me esperaba que se utilizase a "alas de amapola", como muestra del alma Zen en unas clases de "Haiku" y pintura "sumi-e".
A pesar de ello, no me esperaba que se utilizase a "alas de amapola", como muestra del alma Zen en unas clases de "Haiku" y pintura "sumi-e".
No puedo negar que me emocioné.
Siento necesitar tantas palabras para expresarme, pero no hablo bien vuestra lengua, la verdad es que no hablo bien ninguna, lo único que entiendo, al escucharlo, es el silencio.
gracias por hacer posible que ellas sigan volando
tu alma
una mariposa
nacida flor
Gracias L
martes, 21 de mayo de 2019
viernes, 10 de mayo de 2019
Encuentros con el autor de "alas de amapola"
Invitado por el Grupo IC, mañana sábado, tengo el placer de estar presente en la Feria del Libro de Granada.
En este pequeño encuentro con el autor, no sólo estaré presente para la firma de libros, sino para contestar a la preguntas de las dos próximas obras.
Nos vemos mañana sábado 11 de mayo a las 12 horas, en la Caseta 39 Grupo IC, en la Plaza del Campillo (Granada).
Gracias Cathy Delanssay por ser cómplice.
Nos vemos mañana sábado 11 de mayo a las 12 horas, en la Caseta 39 Grupo IC, en la Plaza del Campillo (Granada).
Gracias Cathy Delanssay por ser cómplice.
Ilustraciones de Cathy Delanssay & Jesús López.
jueves, 9 de mayo de 2019
estamos de camino... Feria del Libro de Granada
Invitado por el Grupo IC, este sábado, tengo el placer de estar presente en la Feria del Libro de Granada.
En este pequeño encuentro con el autor, no sólo estaré presente para la firma de libros, sino para contestar a la preguntas de las dos próximas obras.
Nos vemos el próximo sábado 11 de mayo a las 12 horas, en la Casete 39 Grupo IC, en la Plaza del Campillo (Granada)
Nos vemos el próximo sábado 11 de mayo a las 12 horas, en la Casete 39 Grupo IC, en la Plaza del Campillo (Granada)
viernes, 3 de mayo de 2019
un dibujo de infancia
...paredes repletas de libros, estanterías llenas de historias vivas sin tiempo, ventanas abiertas a lo más profundo, y me mira... rectangular, pequeño y colorido... han pasado tantos años, luce igual que el primer día tras las innumerables capas de polvo... la habitación se ilumina y el Sol se asoma en silencio, él lo recuerda mejor que yo... el libro que buscaba no lo he encontrado
jueves, 2 de mayo de 2019
sois cómplices de los dos próximos libros
A la izquierda, dibujo sobre el libro de las corachas y
a la derecha, la historia de un dibujo hecho letras... y estará en el próximo libro.
a la derecha, la historia de un dibujo hecho letras... y estará en el próximo libro.
Ante todo, he de dar las gracias por el interés mostrado por las obras de alas de amapola y Setenil. Cuentos, historias y leyendas. Pero me he visto obligado a cerrar buena parte, a día de hoy, de los compromisos que tenía en diferentes Ferias del Libro. Las ferias son instantes en los cuales puedo conversar con tranquilidad con muchas personas que os acercáis y otras con las cuales ya hemos quedado con antelación en torno a un café, a todas, gracias por vuestra comprensión.
La implicación en la finalización de un libro sobre viejas historias de corachas, al cual le llevo dedicado los últimos años, y que ya está viendo su fin, me ha obligado a centrarme en él de una forma más metódica, todas las horas del día y aquellas que nos presta la noche. De igual modo, otro libro ve finalizada su singladura, los últimos dibujos recorren de entre mis dedos hasta esas superficies abiertas como ventanas a las cuales os asomaréis con una pregunta entre vuestros labios, yo quedaré a la espera.
Ambos libros y ustedes, habéis conseguido que mi mente se mantenga despierta, y pese al tiempo que necesitan, el presente año veremos esa pequeña obra literaria fruto del subjetivismo más implícito.
Alas de Amapola en la Feria del libro de Málaga.
Setenil, cuentos, historias y leyendas en la Feria del libro de Ronda y Málaga.
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